Mirada a una Realidad Invisible

Y volviéndose hacia la mujer, le dijo a Simón: ¿Ves esta mujer?

Lucas 7:44

“Jamás pensé que existía algo así tan cerca de nosotros. Pensé que estas cosas no pasaban aquí”, dice un visitante que llega a la fundación. Esta es una afirmación que escuchamos muy frecuentemente cada que alguien viene a La Palabra Hecha Vida por primera vez. Este desconocimiento de la realidad de personas en situación de vulnerabilidad se agrava cada día y nos separa de conocer la vida de estas personas.

Desde que inició la cuarentena muchos han tildado de “salvajes” a aquellos que, desobedeciendo las normas, salen a buscar trabajo. En las redes sociales se ve cómo los insultos a estas personas van en aumento y la discriminación se hace evidente. Sin embargo, las personas que critican no se han puesto a pensar en que muchas familias viven con el ingreso que ganan en el día y por cada jornada que no trabajan es un día que no comen. Cientos de familias han quedado sin sustento y son impedidas de subsistir. Sin ir más lejos, se prevé que este año la pobreza extrema en Bolivia crecerá al 16,8% y aun así la gente busca modos de sobrevivir con sus familias ¿Todavía piensas que son inconscientes?

Muchas mujeres que trabajaban en los lenocinios quedaron sin fuente de ingreso y ahora trabajan en clandestinidad. Eso hace que, no sólo vivan situaciones de explotación sexual más fuertes a las que vivían antes, sino que también enfrentarán problemas con la ley del Gobierno. Cuando son atrapadas, las mujeres son llevadas a cárceles, dejando a sus hijos con familiares o a veces sin el cuidado de nadie, para luego tener que pagar una multa de entre 500 a 2000bs, mucho más de lo que ellas ganan en los locales. ¿Todavía piensas que lo hacen porque ellas lo quieren o porque les gusta?

Por su parte, sus hijos que antes recibían el desayuno escolar, beneficio otorgado a las escuelas públicas que ayudaba a alimentarlos cada mañana, ahora se quedaron sin esta ayuda. Cientos de familias ahora deben buscar alimentar a sus hijos, sin el beneficio que tenían antes y con la falta de empleos y trabajo en sus hogares. ¿Todavía piensas que son irresponsables?

Asimismo, la diferencia entre los colegios privados y fiscales se ha ampliado aún más. Hasta el 2019, la brecha entre la formación de las escuelas privadas y las escuelas públicas era de 5 años, terminando con estudiantes mucho menos preparados para el ingreso a las universidades. Actualmente, las escuelas públicas se encuentran paralizadas y con suspensión de clases, mientras que las privadas continúan la formación a distancia y virtual, beneficio al que la población de bajos recursos no puede optar. El resultado final es que el 19% de la población que puede pagar un colegio privado continuará formándose mientras que el resto quedará estancado, ampliando la brecha entre ambos y reduciendo las posibilidades de ingreso a las universidades públicas, ya que a estas se ingresa mediante un examen estandarizado para el cual los estudiantes de escuelas públicas no fueron preparados. ¿Todavía crees que todos tienen las mismas oportunidades?

Hoy escribo a mis compatriotas y a todos aquellos que conocen la labor que hacemos desde La Palabra Hecha Vida. Es momento de buscar cambiar estas realidades y de hacer un llamado a la acción por la justicia para todos. Una justicia que busque la igualdad de oportunidades; una justicia que busque libertad verdadera para todos y no sólo para los que pueden pagarla. Es momento de movernos para ser luz allí donde la oscuridad ha generado desigualdad para nuestro prójimo. Todos podemos hacer algo, desde alzar nuestra voz hasta ser voluntarios o apoyar desde nuestra propia realidad para que los “invisibles” sean vistos.

Y tú… ¿todavía no harás nada por cambiar el mundo?

 

por Sady Rojas, Coordinador de Abogacía, WMF Bolivia